La tercera temporada de “The Piano” acaba de finalizar en el Reino Unido, consolidándose como uno de los formatos musicales más sensibles y originales de la TV británica. El reality invita a pianistas amateurs a sentarse frente a pianos verticales ubicados en estaciones de tren y tocar, sin guión, sin jurado visible, y con el ruido del mundo real como telón de fondo. El resultado: momentos espontáneos, conmovedores y técnicamente desafiantes para cualquier equipo de sonido.
Frente a esta premisa única, el galardonado sonidista Richard Meredith, fundador de Audio Dept UK, apostó por una solución confiable: DPA Microphones, combinados con sistemas inalámbricos Wisycom, para capturar cada nota con precisión sin arruinar la magia del momento.
“La idea del programa es simple y poderosa: gente común expresándose a través del piano en un lugar público”, explica Meredith. “Es una competencia suave, casi invisible. Las personas tocan en medio del ajetreo, y los pasajeros se convierten en público sin proponérselo. Técnicamente, la instrucción fue clara: mantener todo sutil, y dejar que lo auténtico se imponga. Para eso necesitábamos equipamiento compacto, silencioso y de altísima calidad. Ahí entran DPA y Wisycom”.
Con un piano vertical Steinway como protagonista indiscutido, Meredith sabía que la captura debía ser natural y nítida. Su solución: dos micrófonos DPA 4099 montados directamente dentro del piano, ofreciendo bajo ruido, amplio rango dinámico y una versatilidad ejemplar.
“Elegimos los 4099 porque simplemente funcionan”, cuenta. “No hace falta ensayo, ni ajustes complicados. Responden igual de bien a una balada íntima que a una interpretación enérgica y percusiva”.
Un detalle técnico poco común: decidieron mantener la tapa del piano cerrada. ¿La razón? Minimizar el ruido ambiente de la estación, aunque eso implicara comprometer levemente la apertura sonora. Aun así, el 4099 fue clave.

“El 4099 nos permitió aislar el sonido del piano del bullicio de fondo. Logramos una captura clara y enfocada que dejaba respirar la música sin perder detalle”.
En un entorno donde el público no está en silencio, los intérpretes no usan retorno y cada segundo cuenta, la elección del micrófono es fundamental. Meredith apostó por los 4099 no solo por su calidad, sino por su discreción, confiabilidad y respuesta inmediata, algo esencial para un show donde la emoción no se puede repetir.