Fundado en 1911 y declarado lugar histórico por la municipalidad de Río Gallegos, el Británico Cocktail Club es uno de los bares y restaurantes más emblemáticos de la ciudad. Su propuesta combina alta gastronomía, arquitectura clásica inglesa y un ambiente cálido que atrae tanto a su tradicional público mayor como a nuevas generaciones que se sumaron tras la reciente reinauguración.
Con más de un siglo de historia, el Británico Cocktail Club decidió dar un paso clave para modernizar su experiencia: mejorar la calidad sonora del local, elemento que los nuevos concesionarios consideraron esencial para acompañar la excelencia gastronómica y arquitectónica.
El desafío: llevar el sonido al nivel de la historia
El local contaba con un sistema antiguo y de baja calidad que no aportaba valor real a la experiencia de los clientes. Aunque no existían quejas explícitas, los responsables detectaron que la música pasaba desapercibida y que era necesario transformarla en un factor diferencial, logrando una presencia musical de alta calidad que permitiera conversar cómodamente.
La solución: tecnología de vanguardia e integración estética
El proyecto fue liderado por el especialista Billy Zeballos, quien diseñó e instaló un sistema basado en tecnología de última generación: 16 altavoces STS mikra2, 2 subwoofers STS mikra SUB y amplificación Powersoft DUECANALI 1604 DSP.
El diseño se enfocó en lograr:
• Una presión sonora uniforme en todo el salón.
• Fidelidad máxima y volumen óptimo para conversar durante cenas o subir la intensidad en eventos con DJ o presentaciones en vivo.
• Integración estética con el estilo clásico del club, gracias al tamaño reducido y la sobriedad de los equipos.
Uno de los principales retos técnicos fue la falta de ductos para cableado nuevo. La elección de mikra permitió minimizar la cantidad de cables necesarios, simplificando la instalación sin afectar la calidad del resultado.
Resultados: un club histórico que suena al futuro
La implementación se completó en tan solo 15 días. El impacto fue inmediato:
• Mayor atención y valoración de la música por parte de los clientes.
• Realización de más eventos privados y la incorporación de DJs en la programación.
• Comentarios positivos de clientes exigentes, que incluso preguntaron por el sistema instalado.
• Incremento en la permanencia de los comensales y una experiencia global más memorable.
El sistema permite además adaptarse a distintas situaciones: desde noches tranquilas hasta presentaciones de bandas o discursos con micrófono.
Conclusión: historia, calidad y modernidad
El proyecto superó las expectativas del Británico Cocktail Club y de los propios instaladores, sorprendiendo por su impacto y por la simpleza de su implementación.
«Recomiendo esta solución a otros locales gastronómicos o culturales por la altísima calidad de sonido y la facilidad de instalación», afirma Billy Zeballos. De hecho, la propuesta ya se replicó en otros espacios de la ciudad.
Este caso demuestra que, incluso en locales con un patrimonio histórico único, la innovación tecnológica puede sumar valor, respetando la esencia del lugar y elevando la experiencia de cada cliente.