Un monitor, por definición, observa, verifica, controla, advierte o mantiene un registro continuo de algo. Un monitor de audio, monitor de estudio o altavoz de monitoreo es mucho más que un simple altavoz que suena bien. Se trata de un dispositivo de vigilancia del proceso de grabación, mezcla o transmisión de audio en cualquier entorno donde se necesita una escucha precisa. Un monitor es una herramienta profesional.
La tarea de un monitor de referencia es revelar la verdad de la fuente que se está monitoreando. Por lo tanto, no debe agregar, quitar ni enmascarar nada. Dicho monitor debe instalarse en una posición óptima en la sala de escucha, con influencias mínimas de su entorno. Lo que realmente escuchamos es la combinación de nuestra capacidad de escucha, el rendimiento del monitor y la acústica de la sala.
El monitor interactúa con el ambiente, por eso hay que entender que un sistema de monitoreo se compone por varias partes que debemos controlar, ya que la interacción de estas resulta determinante.
¿Qué debemos controlar en nuestra sala para optimizar el rendimiento de los monitores?
El sistema de monitoreo se compone por lo monitores de los que ya hablamos antes, pero mencionamos que estos no trabajan solos, también interactúan con el ambiente en donde se encuentran. Controlar esto es esencial. Estos elementos a controlar son:
Sala de escucha: Ya sea un estudio, una habitación o el lugar que sea que elijas para colocar tus monitores, debes ser consciente que puede alterar en gran medida la percepción del sonido que emiten los mismos. Por este motivo es muy importante que la sala tenga un tratamiento acústico adecuado para minimizar los efectos que las reflexiones del sonido van a generar sobre el sonido percibido de los monitores.
Un monitor irradia bajas frecuencias en todas las direcciones. A frecuencias más altas, la energía radiada es cada vez más direccional.
La gama media de frecuencias es radiada con un patrón hemisférico y las altas frecuencias en un patrón de haz o rayo mucho más direccional.
Esta energía sonora se refleja en las paredes alrededor del emplazamiento del monitor y debe ser controlada.
Idealmente, el monitor de pie en un espacio libre tiene una frecuencia plana de respuesta.
Al colocar el monitor cerca de la pared aumentan las frecuencias bajas; una pared hasta +6 dB, dos paredes o esquina hasta +12 dB y una esquina con piso, escritorio (o techo) aumenta hasta +18 dB.
Algunos monitores vienen equipados con interruptores que permiten compensar este efecto de carga de las paredes y, de esta forma, lograr en el punto de escucha la respuesta plana deseada.
Posición de los monitores en la sala: Hay que tener en cuenta que siempre buscaremos que el monitor nos de la respuesta más plana posible. Por este motivo hay que saber que la posición que elegimos puede afectar la respuesta. Algunos modelos como los que componen la familia «The Ones» de Genelec, nos permiten posicionar los monitores tanto de forma horizontal como vertical.
Posición del oyente: Este último punto seguramente ya lo sabías, y es que el lugar exacto en donde nos detengamos a escuchar va a modificar considerablemente lo que percibamos.
Como verás, a la hora de armar nuestro home studio, hay muchas variables que debemos cuidar para optimizar al máximo nuestro sistema de monitoreo. Todas estas variables que hemos mencionado influirán en la escucha crítica de lo que reproduzcamos.
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