Desde sus raíces en Buenos Aires, FUEGUIA 1833, la reconocida casa de perfumes fundada por el artista argentino Julián Bedel, viene creando un universo olfativo tan sofisticado como personal. Pero su nueva galería en Azabudai Hills, Tokio, va más allá de los aromas: es un viaje sensorial que incluye música de alta fidelidad y arquitectura pensada para los cinco sentidos. El sonido corre por cuenta de Genelec, marca finlandesa de referencia en audio profesional.
Ubicada en un rincón íntimo de esta “aldea urbana” pensada para la vida saludable y el equilibrio con la naturaleza, la galería se siente como un refugio secreto. Su interior de madera cálida, perfumes artesanales y detalles delicados cobra vida gracias a una atmósfera sonora precisa, envolvente y casi invisible, proporcionada por los monitores Genelec 8320A.
“El objetivo era crear una galería como ninguna otra”, explica Uraoka, representante de FUEGUIA 1833 en Japón. “Después de conversar con Julián, nos propusimos un concepto inspirado en una casa del árbol: un lugar íntimo, mágico, donde todos los sentidos se activen en armonía”.
En el corazón del espacio, una colección exquisita de frascos de perfume se convierte en protagonista visual. Guitarras eléctricas colgadas en las paredes suman una capa de personalidad artística, mientras un pequeño bar ofrece vinos elegidos especialmente para maridar con las fragancias. La experiencia sensorial es rica y sofisticada. Y el sonido no es un complemento: es parte esencial.
“Julián fue muy claro desde el principio: el audio no podía ser un agregado de último momento”, cuenta Uraoka. “Tenía que ser parte de la arquitectura, del relato. En su estudio personal en Italia, él ya usa Genelec. Como músico, necesita confiar plenamente en lo que escucha. Por eso, cuando planeamos la galería de Tokio, ni se le cruzó considerar otra marca”.
El sistema de audio está compuesto por ocho monitores Genelec 8320A SAM, distribuidos sutilmente en el espacio. Estos parlantes, famosos por su resolución extrema, imagen precisa y reproducción cristalina, se integran a la estética del lugar sin robar protagonismo.
“Elegimos los 8320 porque ofrecen claridad y control en un formato compacto”, explica Uraoka. “No podíamos permitirnos concesiones. Necesitábamos un sonido puro, fiel, que acompañara sin imponerse”.
Para lograr un rendimiento óptimo, cada monitor fue calibrado con el software Genelec Loudspeaker Manager (GLM), que ajusta respuesta en frecuencia, nivel de reproducción y delay según la acústica del espacio. Así lograron un sonido equilibrado, sin sobresaltos, que acompaña al visitante de forma natural e inmersiva.
“La precisión del sonido me impresionó muchísimo”, dice Uraoka. “La música fluye por la galería, acompaña el recorrido sin invadirlo, llena el ambiente pero permite la conversación. Es un sonido vivo”.
La curaduría musical está en manos del propio Julián Bedel, guitarrista y compositor además de perfumista. Su selección incluye música clásica, jazz e instrumental contemporáneo. No solo busca generar emociones, sino también resonancias con los ingredientes aromáticos. “El perfume y la música están profundamente conectados”, reflexiona Bedel. “Ambos trabajan con frecuencia, amplitud, tono… hay un diálogo sensorial entre ellos”.
“Por eso era tan importante usar Genelec”, agrega Uraoka. “Están diseñados para reproducir el sonido con absoluta fidelidad. Esa búsqueda de autenticidad es también el corazón de FUEGUIA 1833: transmitir el mensaje del creador al receptor sin filtros. Al exponer a nuestros clientes a esta ‘esencia’ del sonido, estimulamos más sentidos de los que uno imagina: no solo el oído, también el olfato”.
El resultado es una galería donde el sonido no decora, integra. No interrumpe, acompaña. Gracias a la transparencia y precisión de Genelec, la experiencia FUEGUIA 1833 en Tokio se vuelve una sinfonía sensorial: envolvente, elegante y profundamente memorable.
