En pleno corazón del barrio de Kew, en Melbourne, SynthTemple se alza como una joya híbrida: un estudio de grabación en pleno funcionamiento y, al mismo tiempo, un museo viviente de instrumentos electrónicos. En poco tiempo, este espacio único se ha convertido en un destino de peregrinación para músicos, productores y fanáticos del sinte de todo el mundo. Su epicentro: una experiencia de monitoreo inmersiva basada 100% en la tecnología Smart Active Monitoring de Genelec.
La visión detrás del proyecto pertenece a Tony Osmond, un coleccionista apasionado que logró reunir una de las colecciones de sintetizadores vintage más completas del hemisferio sur. Entre las joyas que alberga hay piezas tan icónicas como el modelo EMS usado en Dark Side of the Moon. Pero esto no es una muestra estática: SynthTemple es un espacio creativo y activo que busca reconectar a los artistas con la experiencia física y poderosa del hardware analógico, acompañado de una acústica de nivel estudio y el sonido de precisión de Genelec.
“Desde el principio, quise que SynthTemple cobrara vida con un sistema de parlantes Genelec”, cuenta Osmond. “No estábamos construyendo un estudio comercial; queríamos un lugar donde el sonido y la creatividad puedan respirar”.
Para concretar su visión, Osmond trabajó codo a codo con Studio Connections, distribuidor de Genelec en Australia. “Tony vino con un plan minucioso hasta el último detalle”, recuerda Steve Spurrier, especialista de producto en Genelec. “Su pasión era tan evidente que el audio inmersivo se volvió el corazón del proyecto”.
Después de visitar una sala de masterización en Dolby Atmos, Osmond y el técnico Steve Jones supieron que SynthTemple no podía quedarse en lo estéreo: necesitaban una inmersión total. Así diseñaron dos espacios totalmente interconectados: el Synth Hall de 200 m² y una sala de control dedicada a Atmos, ambos optimizados con monitoreo Genelec y calibrados con el software GLM.
En el Synth Hall, nueve estaciones de trabajo o “pods” de artista están integradas en un sistema Genelec 9.1.6. Nueve monitores S360A forman el campo envolvente, mientras que seis 8350A brindan cobertura aérea. En las frecuencias graves, un 7382A y dos 7380A subwoofers entregan una respuesta demoledora pero precisa. Tres interfaces multicanal 9301B AES permiten cambiar dinámicamente entre reproducción inmersiva total y múltiples zonas estéreo independientes. Cada pod también incluye monitores cercanos 8330A para monitoreo fino, y un controlador Genelec 9320A al centro del sistema facilita todo el manejo.
Al lado, la sala de control fue equipada para mezclar en 7.1.4 Atmos, con una configuración basada en los monitores coaxiales de tres vías “The Ones” de Genelec. Tres 8361A cubren los canales LCR, apoyados por dos subs adaptativos W371A, cuatro 8351B para los canales envolventes, cuatro 8341A para el techo, y dos subwoofers 7370A. Todo esto conectado por una red de interfaces Metric Halo con 128 canales, que permite colaboración fluida y mezcla inmersiva.
“La combinación de los S360, 8350 y 8330 ofrece una claridad increíble y una respuesta en frecuencia impresionante”, dice Osmond. “Y con los subwoofers grandes, el sonido no solo es potente — es directamente alucinante”.



La infraestructura detrás de SynthTemple está igual de afinada. Cajas de piso personalizadas, ruteo listo para el futuro y una integración completa en red permiten que los usuarios accedan a los instrumentos y controlen todo el sistema desde sus laptops vía CAT5, con 128 canales de entrada/salida analógica y sincronización total mediante el protocolo MH Link de Metric Halo.
“Fue una instalación más compleja de lo que parece”, agrega Spurrier. “Tuvimos que diseñar tanto para el uso actual como para el crecimiento a futuro, y la plataforma Smart Active Monitoring de Genelec nos dio la flexibilidad para ajustar cada detalle”.
Por sobre todo, SynthTemple no fue construido con fines comerciales, sino como un regalo para la comunidad musical. Es un santuario donde los instrumentos históricos no solo se conservan, sino que se celebran, se tocan y se viven. “Es raro trabajar en un proyecto con tanto corazón”, dice Spurrier. “Con la visión de Tony y la tecnología de Genelec, logramos algo realmente especial: un lugar donde historia, innovación y excelencia sonora se encuentran”.
